Esta pequeña imagen de escuela genovesa-napolitada, se encontraba en un estado de conservación bastante negativo, con ataque xilófagos en toda la superficie de la imagen. Presentaba suciedad superficial e incrustada en los estractos de policromía, así como oxidación de barnices. En su momento, la virgen tenía 3 lágrimas, de las cuales tan sólo quedaba la mitad de una de ellas. El candelero no tenía estabilidad, además de ser demasiado pequeño para la imagen, haciendo que se viera desproporcionada. Esto, además, se acentuaba con los brazos articulados excesivamente largos.
La intervención ha consistido, en primer lugar, desinsectación de la escultura para matar, si quedara resto vivo, los insectos xilófagos. Se continuó con el desmontaje del candelero y articulaciones para facilitar la limpieza química de la imagen. Tras esta, se rellenaron los huecos ocasionados por los insectos, con resina acrílica y pasta de madera, recuperando la integridad de la madera. En las zona con policromía, se continuó con el estucado para realizar la reintegración cromática con técnica al agua y mimética. Tras el barnizado final, se recolocaron las tres lágrimas que tuvo en origen. La madera, a su vez, se ha protegido para evitar un nuevo ataque xilófago.
Con respecto al candelero y articulaciones, se han realizado de nueva factura en madera de pino y haya, respectivamente, con las proporciones adecuadas para la imagen.
Los elementos de plata, como el nimbo y el corazón con siete puñales, fueron limpiados para eliminar la sulfuración y restaurar el lacado original bicromático.
